viernes, 30 de octubre de 2009

SECTUR: Descanse en paz. ¡Nosotros nos vamos a Disney!

SECTUR: “DESCANSE EN PAZ”… ¡ nosotros nos vamos a disney ¡
Por: Mtra. Martha Nieto Cater
Publicado en: Tiempo de Cozumel, Octubre 2009
La decisión de crear o SUPRIMIR una Secretaría de Estado es prerrogativa del Poder Ejecutivo. Sin embargo, las consecuencias de una u otra acción tienen consecuencias en todos los habitantes y en todos los sectores productivos del país.
La decisión de “dar carpetazo” a la Secretaría de Turismo y subordinarla a la Secretaría de Economía envía un mensaje confuso y contradictorio al país y al resto del mundo:
si estamos diciendo que haremos del Turismo un sector estratégico de desarrollo para México, ¿cómo es posible que en vez de darle preponderancia a la secretaría que hará esta estrategia posible, la degrademos a subsecretaría o a dirección general ?
Es indiscutible que la Secretaría de Turismo no estaba haciendo un papel preponderante e indispensable a nivel nacional e internacional; pero eso se debe a las deficiencias de su inadecuada estructura organizacional, a su falta de vinculación e integración efectiva con el Consejo de Promoción Turística, con Fonatur, con la Organización Mundial de Turismo, con el resto de las secretarías de estado y, desde luego, con las secretarías de turismo estatales, municipales y foráneas; se debió también a la falta de presencia y liderazgo político, a la ausencia de un acuerdo nacional sobre las estrategias a seguir en el desarrollo del turismo.
La división de funciones y la falta de un trabajo orquestado entre los organismos antes mencionados hace evidente la falta de un plan estratégico de desarrollo turístico de largo plazo en México. Un plan que no se quede como meros enunciados románticos y verdaderamente guíe las acciones de los diferentes agentes turísticos para lograr posicionar a México en el ámbito turístico internacional.
Cuando se diseña un plan estratégico de largo plazo es indispensable revisar la estructura organizacional de la entidad que llevará a cabo dicho plan y hacer las modificaciones necesarias para asegurarnos que existan los puestos adecuados, con la asignación de recursos y de autoridad correspondiente; los recursos materiales, financieros y tecnológicos necesarios, y todo lo que conlleva llevar a la práctica un plan estratégico exitoso.
El costo de finiquitar Sectur será altísimo en el mediano y largo plazo y el supuesto ahorro que pretende lograr el gobierno federal se revertirá creando una caída en la competitividad de México a nivel internacional.
Se requiere de una Secretaría de Turismo eficiente, operada con un menor número de empleados, más productivos. Recordemos que la Sectur es quien se coordina con el resto de las Secretarías de Estado para facilitar las inversiones y desarrollo de productos turísticos; labor que, de otra manera, simplemente desaparecería del todo.
Basta con echarle una mirada a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal y a su Artículo 42 para evaluar la importantísima labor de la SECTUR al vincularse con las otras Secretarías de Estado y lograr así el desarrollo de proyectos coordinados e integrales, la protección al turista, la vigilancia del nivel de calidad de los oferentes de servicios turísticos, la protección de zonas vulnerables, el desarrollo de proyectos viables y sustentables en el largo plazo:
La SECTUR estaba vinculada con la SEMARNAT (para promover las zonas de desarrollo turístico); con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (para la revisión de tarifas de comunicaciones y transportes turísticos); con la Secretaría de Hacienda (para el establecimiento de precios y tarifas de los bienes y servicios turísticos); con la propia Secretaría de Economía (cuando la inversión extranjera invierte en proyectos turísticos); con la Secretaría de Relaciones Exteriores (para el intercambio y desarrollo turístico en el exterior); y, por último, con la Secretaría de Educación Pública (para la capacitación, investigación y desarrollo tecnológico en materia turística).
Pero de nada sirven todos los vínculos anteriores si el CPTM es quien se encarga de la promoción (y asignación de los fondos), si Fonatur es quien se encarga de los grandes proyectos de inversión en turismo sustentable, si cada una de las secretarías de turismo estatales y municipales toma decisiones locales que no necesariamente están vinculadas al gran plan turístico nacional. Visto así, la Sectur no sirve para nada.
Si decidimos que el turismo será el motor de desarrollo de nuestro país, en vez de CERRAR, tenemos que CREAR una Secretaría de Turismo que realmente nos garantice cumplir con ese objetivo; una secretaría de estado en la cual:
-se realicen investigaciones de mercado que nos indiquen dónde y cómo se encuentra posicionado México en el turismo mundial.
-se identifiquen los verdaderos “productos” turísticos que podemos ofrecer
-se creen las estrategias de mercadotecnia para cada uno de dichos productos
-se establezcan las líneas de trabajo con los diferentes Estados, Municipios o Regiones para lograr insertar dichos productos en el turismo mundial
-se hagan alianzas estratégicas con las universidades de TODO el país formando una red de investigación, desarrollo y plataforma de informática que mantenga a los participantes turísticos bien informados y actualizados de las tendencias y comportamiento del turismo.
-se vinculen los proyectos académicos de investigación con las necesidades del sector turístico para hacer estudios de competitividad, de innovación, de desarrollo estatal y municipal.
-se puedan monitorear las estrategias de largo plazo y corregir, ajustar, modificar los planes. Alguien tiene que “mirar a la montaña desde lejos” y no perder de vista las grandes estrategias establecidas para todo el sector turístico.
En verdad necesitamos una Secretaría de Turismo que identifique y determine cuáles serán los nichos de mercado a desarrollar, independientemente del trabajo individual que lleve a cabo cada Estado, pues esto nos permitirá insertarnos en el ámbito internacional de una manera más competitiva, con una sola imagen de lo que es México y con una asignación más eficaz del presupuesto para promoción.
Estamos desperdiciando la red de oficinas de turismo que ya existe a todo lo largo y ancho del país, así como las oficinas de promoción en el extranjero. Si ya contamos con estos canales de distribución tenemos que poder capitalizarlos y utilizarlos como verdaderos canales de coordinación e integración de la promoción turística.
La forma de recaudar los fondos para realizar la promoción turística debe redefinirse y dejar de depender exclusivamente del número de cuartos de hotel mediante el 2% de impuesto al hospedaje. Ya es hora de encontrar otras formas de financiamiento que ayuden a desarrollar nuevos proyectos turísticos.
Al desaparecer la Secretaría de Turismo perdemos el poder de negociación con el resto de las Secretarías de Estado; perdemos el nivel jerárquico ante la Organización Mundial de Turismo; perdemos la posibilidad de crear un verdadero plan de desarrollo turístico para los próximos treinta o cuarenta años. Ni el CPTM ni FONATUR ni la Secretaría de Economía van a asumir esta responsabilidad. Como tampoco se responsabilizarán por el nivel de calidad de los productos y servicios turísticos que se ofrezcan y por la vigilancia permanente para evitar abusos para con el turista.
El resultado no se hará esperar: empezará la lucha encarnizada, individualizada entre los distintos estados para atraer al turismo. Nos volveremos competidores entre nosotros mismos en vez de unirnos para hacer frente a la competencia internacional.
Perderemos la posibilidad de capitalizar, de una vez por todas, nuestras riquezas naturales y traducirlas en verdaderos productos turísticos.
Si reunimos todo el capital humano, material y financiero que ya se ha invertido en el CPTM, en FONATUR y en la propia Secretaría de Turismo podríamos crear una sóla institución que actúe de forma coordinada, integral e inteligente; una institución que trabaje con mucho menos personal pero con el doble de productividad; una institución cuyas estrategias de mediano y largo plazo sobrevivan el cambio sexenal o las tendencias políticas del momento. Así como estamos no pasaremos de ser un atractivo turístico mochilero y nuestro propio turismo nacional seguirá prefiriendo pasear en disneylandia.
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