viernes, 30 de octubre de 2009

SECTUR: Descanse en paz. ¡Nosotros nos vamos a Disney!

SECTUR: “DESCANSE EN PAZ”… ¡ nosotros nos vamos a disney ¡
Por: Mtra. Martha Nieto Cater
Publicado en: Tiempo de Cozumel, Octubre 2009
La decisión de crear o SUPRIMIR una Secretaría de Estado es prerrogativa del Poder Ejecutivo. Sin embargo, las consecuencias de una u otra acción tienen consecuencias en todos los habitantes y en todos los sectores productivos del país.
La decisión de “dar carpetazo” a la Secretaría de Turismo y subordinarla a la Secretaría de Economía envía un mensaje confuso y contradictorio al país y al resto del mundo:

lunes, 19 de octubre de 2009

WONDERWOMAN??? no vale la pena

¿ WONDERWOMAN ?: no vale la pena
POR: Mtra. Martha Nieto Cater
Los hombres suelen tener 3 roles o “cachuchas”: empresarios/empleados, esposos y padres de familia. Pero muchas mujeres tenemos 4 cachuchas: empresarias/empleadas, esposas, madres de familia y AMAS DE CASA. Este último rol sigue recayendo del todo sobre la mujer y, mientras no aprendamos a organizar, delegar y soltar, -como en cualquier negocio-, seguirá siendo así.
Muchas mujeres trabajan y aportan su sueldo; al llegar a casa se hacen cargo de los hijos, cocinan, limpian, lavan y planchan y, por la noche, atienden al marido que está llegando de trabajar. Antes de dormir, preparan el almuerzo de los hijos para el día siguiente, adelantan la comida, revisan asuntos de oficina y, por si fuera poco, llaman a la suegra para saludarla. ¿A poco no suena esto a una película de HORROR?

LA GENERACIÓN DEL COPY - PASTE: CAPACITACIÓN ES EDUCACIÓN

POR QUÉ CUESTA TANTO LA CAPACITACIÓN: LA GENERACIÓN DEL COPI-PEIS
Por: Mtra. Martha Nieto Cater
Cada vez que escucho la palabra CAPACITACIÓN me da una flojera incomparable. No me da flojera la capacitación como tal pues esa es, indudablemente, la solución a muchos de nuestros problemas de subdesarrollo. La resistencia proviene de seguir constatando que todos hablamos de capacitar pero muy pocos nos capacitamos o capacitamos a los demás. Y aquellos que sí invierten en la capacitación suelen decepcionarse porque el resultado final no es el que esperaban.
La Capacitación es un término trillado y prostituido que se ha quedado en buenas intenciones. Existen innumerables empresas dedicadas al famoso “coaching”, a la consultoría, a la asesoría, pero muy pocas se dedican realmente a la capacitación efectiva.

LA CAPACITACIÓN: UN GASTO O UNA INVERSIÓN

LA CAPACITACIÓN: ¿UN GASTO O UNA INVERSIÓN?

Por: Maestra Martha Nieto Cater

Es un verdadero placer encontrarnos frente a una empresa organizada, que destila armonía y eficacia. Una empresa cuyos empleados desarrollan sus actividades sin pormenores, aparentemente sin mayor supervisión, y lo hacen de forma responsable y mostrándonos que tienen poder de decisión y autoridad para ejecutarla. Sabemos que no se trata de un “sueño imposible” pues nos ha tocado alguna vez observar empresas como la descrita.

¿Cómo se logra es sincronía en el desempeño del trabajo? ¿Cómo le hacen estas empresas para que sus empleados realmente disfruten su trabajo y, además, sean capaces de transmitir tal disfrute hacia sus clientes?

Como empresarias sabemos que hay un arduo trabajo detrás. Sabemos que no es gratuita esa atmósfera laboral. Pero, ¿qué se tiene que hacer para lograrlo? ¿Cómo podemos lograr ese trabajo de equipo que se requiere para mostrar una imagen empresarial uniforme, comprometida con la misión y las metas de la empresa?

La respuesta es sencilla: CAPACITACIÓN.

Desgraciadamente, este término es trillado, está avejentado; ha sido abusado y mal usado. Ha perdido su fuerza. ¿Qué es realmente la capacitación?

Me gustaría definirla así: “decimos que alguien es CAPAZ de hacer algo cuando sabemos que cuenta con las herramientas técnicas, las aptitudes físicas y emocionales, los conocimientos, la voluntad y la habilidad para llevar a cabo una tarea”.

Entonces, ser capaz no es simplemente tener las agallas de hacer algo. Tampoco es contar con las herramientas adecuadas o tener la intención de hacer. Ser capaz implica algo que va más allá de la simple preparación académica o técnica.

Las herramientas técnicas se adquieren mediante cursos de especialidad. Por ejemplo, un cocinero puede tomar un curso para Chef y aspirar a una promoción. Todos podemos aprender e incorporar nuevos conocimientos a nuestro acervo, sin importar edad o sexo, nivel jerárquico o situación personal. Incluso las habilidades pueden aprenderse; simplemente, tomará más tiempo a unos que a otros el incorporarlas. Pero, ¿cómo adquirimos las aptitudes emocionales y la voluntad para ser capaz?

Me atrevo a decir que las aptitudes emocionales, la voluntad de ser algo más se aprende del ejemplo. De niños aprendemos de nuestros padres; en la adolescencia aprendemos de maestros o amigos mayores. De adultos aprendemos de nuestros jefes o de otras personas a quienes admiramos.
La mejor fuente de inspiración para seguir superándonos y ser capaces de más y más cosas en la vida suele provenir de la influencia de otras personas que quizá ni siquiera sepan que ejercen este poder sobre nosotros.

Por ello, como empresarias debemos estar muy conscientes de la influencia que puede tener nuestro comportamiento dentro de la empresa, del impacto que tienen nuestras acciones, decisiones y palabras sobre nuestros empleados. La personalidad del jefe siempre se PERMEA hacia abajo, es decir, la forma de ser del jefe se contagia o se escurre sobre sus subordinados y es generalmente adoptada por ellos, para bien o para mal.

Si un jefe es cascarrabias, podemos esperar que el personal a su cargo, aún de manera inconsciente, tenga “mala cara” o parezca estar siempre de mal humor, o conteste en mal plan. Un jefe “alivianado” o relajado probablemente tendrá a su alrededor una atmósfera agradable y con poco estrés.

Un empleado bien capacitado suele sentirse más seguro de sí mismo, más satisfecho con su trabajo cotidiano, más motivado a seguir creciendo y aprendiendo. Esto es algo palpable y cierto. Funciona. Cuando la capacitación es compartida por otros compañeros de trabajo logramos esa atmósfera de trabajo descrita al inicio de este escrito: un equipo de empleados comprometido, con ideas nuevas y frescas, con ganas de hacer mejor las cosas.

Ahora bien, una vez capacitado el empleado, ¿cómo le hacemos para que se vean los resultados de dicha capacitación? ¿Cuántas veces estudiamos algo que, por falta de aplicación práctica inmediata, acaba olvidándose o, simplemente, desistimos de ponerlo en práctica porque resulta complicado?

¿Qué tenemos que hacer para que el empleado recién capacitado aplique lo aprendido y lo incorpore a su actividad cotidiana?

Aquí es donde nuestra intervención como jefes es fundamental.
La capacitación es UNA INVERSIÓN y no un gasto, siempre y cuando hagamos la tarea de facilitarle al empleado la aplicación de los conocimientos recién aprendidos. De otra forma, la capacitación se convierte en una pérdida de dinero y de tiempo.

La capacitación genera una nueva responsabilidad en los jefes o líderes que otorgaron la capacitación: deben proporcionarle al empleado las herramientas necesarias para aplicar los conocimientos recién adquiridos; se tiene que otorgar el poder de decisión, el tipo y tamaño de autoridad y, muy especialmente LA CONFIANZA en el empleado para que aplique lo aprendido.

Si no delegamos mayor responsabilidad en la persona que recién capacitamos, jamás podrá incorporar realmente lo aprendido a su ámbito laboral. Y una cosa es segura: ese empleado no va a durar en nuestra empresa. Si ya capacitamos, tenemos que aprender a “soltar” y “dejar hacer”. Los errores también son parte de la capacitación.

En ocasiones, la capacitación tendrá que extenderse a los mismos jefes. Asumimos que son los empleados los que requieren capacitarse y no nos percatamos que nosotros también lo necesitamos. Si somos mejores líderes tendremos mejores equipos de trabajo. La capacitación para los líderes tiene que ser permanente pues de otra manera corremos el riesgo de oxidarnos, perdemos la habilidad de aprender y nos gana la arrogancia de creer que ya lo sabemos todo. Perdemos entonces la capacidad de transmitir con el ejemplo.

Muchas personas se resisten a capacitar a sus empleados por temor a que se los “pirateen” los competidores. Esto se conoce como miopía administrativa. Es cierto que, en ocasiones, invertimos tiempo y dinero en capacitar a nuestros empleados y, al cabo de unos meses, nos encontramos con que fueron llamados por otras empresas ofreciéndoles mucho más sueldo o mejor puesto.

Desgraciadamente, para muchos empresarios esta sola razón es suficiente para no invertir en la capacitación. Por eso es importante entender que la capacitación NO ES PARA EL CORTO PLAZO. Tampoco es PARA LA EMPRESA. La capacitación es para el empleado y, en el mejor de los escenarios, esperaríamos que ese empleado se quede con nosotros y aplique lo aprendido en nuestra propia empresa. Pero no podemos obligarlos a ello; simplemente podemos facilitar las condiciones de trabajo para que se sientan motivados cuando apliquen e incorporen sus nuevos conocimientos. Ni más ni menos.

Por tanto, ¿por qué mejor no pensamos en la capacitación como una inversión en el RECURSO HUMANO y no exclusivamente en NUESTRO EMPLEADO? Al final del día, aquéllos a quienes capacitamos trabajarán en otras empresas y, visto desde un ámbito más amplio, beneficiarán a la comunidad en general.

Cuando invertimos en capacitación estamos indirectamente invirtiendo en nuestra propia comunidad. SÍ, YA SÉ LO QUE VAS A DECIR: “no se siente padre que te roben a tus empleados más capacitados…” Esa es una verdad contundente. Pero no por ello dejemos de capacitar pues, tarde o temprano, mejores empleados hacen mejores empresas; mejores empresas hacen mejores poblados.

El nivel de calidad en nuestros servicios, a nivel de toda la comunidad, se irá elevando paulatinamente en la medida en que todo nuestro recurso humano reciba más y más capacitación. Algunas veces te tocará pagarla a ti.

Lic. Martha Nieto
Junio, 2008
Amjee

Hablando de negocios: ¿QUÉ SABEMOS SOBRE LA CALIDAD?

HABLANDO DE NEGOCIOS…
¿QUÉ SABEMOS SOBRE LA CALIDAD?
Por Mtra. Martha Nieto

¿Cómo medimos la calidad?
¿Se mide igual la calidad de un producto que la de un servicio?
Un producto es algo tangible, es decir, se puede tocar y revisar.
Un servicio es algo intangible que se aprecia, se utiliza, se asimila pero no se puede tocar.
Un producto puede fácilmente evaluarse porque lo tenemos en nuestras manos, lo observamos, sopesamos y vemos lo que nos gusta y lo que no nos convence. Podemos devolverlo si no nos convence o cambiarlo por otra cosa.
Un servicio inicia en nosotros y termina en nosotros. Sólo podemos evaluarlo una vez que ya pasó; NO es posible retroceder en el tiempo y cambiar las circunstancias: lo hecho, hecho está.
El producto puede almacenarse y llevarse en inventario.
El servicio no es almacenable pues se da al cliente cada vez que lo solicita.
Los bancos, hospitales, universidades, lavanderías, arrendadoras, transportistas, hoteles, carpinterías, estéticas, veterinarias, aseguradoras, son ejemplos de negocios que venden un SERVICIO.
Los supermercados, tiendas de abarrotes, tlapalerías, tiendas de pinturas, de ropa o de calzado, o de alimento para mascotas, de aparatos electrónicos, de artesanías, de joyería… son ejemplos de negocios que venden PRODUCTOS.
Los restaurantes y bares, por ejemplo, venden una combinación de PRODUCTO+SERVICIO.
Existen cientos de libros que hablan de la calidad y ofrecen distintas herramientas para medirla. Existen estándares en las distintas industrias que nos permiten saber el nivel de calidad de tal o cual producto o servicio.
Sin embargo, tal pareciera que existen tres tipos de negocios: los que se dedican a la venta de productos, los que se dedican a la venta de servicios, y los que ofrecen una combinación de producto+servicio. Esto ha creado la idea de que el servicio es poco importante si vendemos productos; o los productos son irrelevantes en aquellos negocios que se dedican a la venta de servicios. ESTO ES TOTALMENTE FALSO y las consecuencias de ver así al negocio son terribles: vemos negocios en los que el vendedor funge como simple espectador o cuidador de la tienda y el cliente se ve obligado a realizar por sí mismo la búsqueda y selección del producto. Casi casi “le hacen el favor de cobrarle cuando llega a la caja”.
De la misma forma, en algunas empresas que brindan servicio pareciera no importarles si los productos que utilizan para ello son de buena o mala calidad. Por ejemplo, nos curan la herida en el hospital pero utilizan hilo de sutura inadecuada causándonos un problema posterior.
En realidad, TODOS los negocios venden una combinación de producto + servicio. Si podemos reconocer esta COMBINACIÓN entonces tendremos la clave para lograr la excelencia en la CALIDAD TOTAL.
Todos, absolutamente todos los negocios tenemos que responsabilizarnos por las dos caras de la venta: EL PRODUCTO Y EL SERVICIO. Veamos algunas sugerencias para darle a cada uno de estos factores la relevancia que merece.
¿Cómo logramos tener una alta calidad en el PRODUCTO?
-Ofreciendo variedad de modelos, tamaños, colores, tallas, sabores, presentaciones, marcas;
-Eligiendo productos hechos con materiales de primera, con diseños de vanguardia
-Preocuparnos por tener en anaquel aquellos productos que piden los clientes
-Asignando precios competitivos a nuestros productos
-Manteniendo en buen estado nuestros productos, siempre frescos, cuidando cumplan con fechas de caducidad
-Innovar constantemente introduciendo productos a la moda
-Contar con proveedores suficientes para tener siempre producto en el anaquel
-Cuidar la presentación de los productos, mantenerlos limpios y ordenados
-Ofrecer garantía o la posibilidad de cambiar el producto si éste sale defectuoso o al cliente no le convence
¿Còmo logramos tener una alta calidad en el SERVICIO?
-Asegurándonos de recibir y saludar al cliente cuando entra a nuestro establecimiento
-Mostrar una sonrisa y una actitud de “me permite ayudarle” auténtica
-No hacer ninguna otra actividad mientras atendemos al cliente (hablar por teléfono, conversar con otra persona, mirar la televisión, leer). El cliente merece el 100% de nuestra atención;
-Tratar de entender las necesidades del cliente y ayudarlo a encontrar el producto que está buscando
-Consentir al cliente durante su breve estancia en nuestro establecimiento y lograr que se lleve una buena impresión… un cliente satisfecho nos recordará y recomendará.
-Los vendedores, meseros, recepcionistas, encargados, es decir, cualquier persona que vaya a tener contacto directo con el cliente debe tener una presentación impecable, tanto en su manera de vestir como en su manera de hablar.
-Ponerse de pie cuando entra un cliente al negocio.
-Aún si no tenemos el producto que está buscando, ofrecerle algún sustituto.
-Despedirse amablemente del cliente, mirarlo a los ojos, hacer CONTACTO.
-Contar con facilidades de pago: tarjeta de crédito, cheque, efectivo.
-Rapidez en el empaque y cobro.
-Mostrarle al cliente, en todo momento, QUE ES IMPORTANTE PARA NOSOTROS.
Podemos tener excelentes productos pero si el servicio que ofrecemos al cliente es deficiente probablemente no se venderán. Si nuestros productos son mediocres o están obsoletos o sucios o en mal estado, será difícil venderlos así contemos con el mejor equipo de vendedores del mundo.
Un producto de calidad no es aquel que cuesta más caro; un producto de calidad es aquel que cumple con la función para la cual fue diseñado, mantiene un desempeño y durabilidad igual o mejor a lo que el cliente espera por el precio que pagó. Un producto de CALIDAD TOTAL es aquel que, además, contó con la asistencia de un vendedor profesional preocupado por satisfacer a su cliente, recibió un trato preferencial en todo momento y, además, tiene la seguridad de que el establecimiento respalda la venta y ofrece garantías post venta.
En realidad, lograr la calidad total es más fácil de lo que pensamos: simplemente tratemos a nuestro cliente de la misma manera que nos gustaría nos trataran a nosotros. Es un buen comienzo.
todas tus preguntas, opiniones y comentarios son bienvenidos: marthanieto777@yahoo.com.mx

LA EDUCACIÓN NO ES UN GASTO ... SINO LA MEJOR INVERSIÓN

LA EDUCACIÓN NO ES UN GASTO… SINO LA MEJOR DE LAS INVERSIONES
POR: Mtra. Martha Nieto Cater
De acuerdo con el último reporte (2008-2009) del Foro Económico Mundial sobre Competitividad, México sufrió un retroceso preocupante: de tener el lugar # 52 en años anteriores, caímos al lugar #60. La Competitividad se mide a partir de 12 índices o factores.
Los factores más relevantes en los cuales perdimos competitividad son: la falta de talento e innovación, baja calidad en educación y capacitación, baja eficiencia y credibilidad en nuestras instituciones públicas, poca credibilidad en nuestros sistemas políticos, falta de leyes laborables ágiles y menos onerosas para las empresas, la falta de una política energética asertiva, la baja productividad de nuestra mano de obra, el mal manejo de los recursos naturales, la altísima dependencia de nuestros mercados con Estados Unidos y la falta de un sistema político representativo.
Todos los factores antes mencionados son importantes y están estrechamente correlacionados. Me parecen realmente preocupantes la falta de una educación y una capacitación eficientes pues de ello dependen, entre otros, factores como la innovación, la productividad y el mejoramiento en el nivel de vida de los ciudadanos. De ahí el dedicar este artículo al análisis de la educación en nuestro país.
México ocupa el lugar # 74 de 134 países en el factor EDUCACIÓN MEDIA Y CAPACITACIÓN; el lugar # 109 en CALIDAD DEL SISTEMA EDUCATIVO; el lugar # 90 en INNOVACIÓN y el # 110 en EFICIENCIA DEL MERCADO LABORAL (productividad).
La base de todo está en la educación. Desde nivel primaria, hasta el nivel de educación superior, México tiene un gran reto por vencer pues requiere de una reforma educativa de raíz y con visión de largo plazo.
Los resultados de las pruebas aplicadas a nuestros estudiantes demuestran una deficiencia muy importante en las áreas de matemáticas y ciencias, así como en la de informática y sistemas. Para que un país pueda innovar, dar valor agregado a sus materias primas transformándolas en bienes para el consumidor final, desarrollar nuevas tecnologías, utilizar eficientemente la informática, los sistemas de cómputo y las bases de datos para mejorar sus procesos productivos y ser más productivo y competitivo frente a otros países, requiere de profesionales capacitados en las áreas de: CIENCIAS, MATEMÁTICAS, INGENIERÍAS. México obtuvo el lugar # 124 (de 134 países) en la calidad de su educación matemática y científica.
No avanzamos en la cadena de valor al pasar de la materia prima al producto terminado porque no contamos con la investigación y el desarrollo de nueva tecnología; no tenemos al profesional capacitado para crear, inventar e implantar nuevos procedimientos, sistemas y procesos.
De acuerdo con el estudio mencionado, nuestro país tiene muy baja calidad en su Educación Media y Superior y “requiere de una fuerza de trabajo calificada, en permanente aprendizaje y adaptable” (World Economic Forum 2009), y esto sólo se logra con inversiones inteligentes y de largo plazo en el sector EDUCACIÓN.
México cuenta actualmente con un total aproximado de 2´500,000 de estudiantes en educación media superior. De acuerdo con datos de la Secretaría de Educación Pública, el 43% de estos estudiantes están estudiando carreras relacionadas con las Ciencias Sociales y Administrativas, es decir, área de SERVICIOS. En ciencias exactas, matemáticas y ciencias de la salud está únicamente el 10% de la población estudiantil.
Esta composición de futuros profesionistas habla por sí sola: si la mayoría de nuestros jóvenes se inclina más por las áreas de servicios y no por las de ciencias, tecnología, educación, salud y ecología, tendremos generaciones pletóricas de administradores, contadores, abogados, mercadólogos, prestadores de servicios turísticos, financieros y políticos, que no tendrán las herramientas para poder hacer que las empresas públicas y privadas avancen, sean más eficientes y productivas. Porque también las empresas públicas y las instituciones gubernamentales TIENEN LA OBLIGACIÓN DE SER PRODUCTIVAS.
De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública, en su Segundo Foro Parlamentario de consulta, las profesiones mejor remuneradas y en donde es más fácil conseguir empleo pues la demanda por parte de las empresas es mayor, son : Ingenierías Civil, Mecánica, Eléctrica; Ingeniería de Transporte Aeronáutica, Matemáticas, Ingenierías Biomédicas, de Extracción e Industriales. Sin embargo, la mayoría de los alumnos matriculados estudian carreras como: Sicología, Turismo, Enfermería, Nutrición, Administración, Contabilidad, Derecho, finanzas, Mercadotecnia, etc en las cuales hay mucho mayor competencia por los puestos de trabajo y, por lo tanto, los sueldos suelen ser menos atractivos.
La consecuencia de esta tendencia excesiva hacia el estudio de carreras en el ramo de las Ciencias Sociales y Administrativas y la falta de interés por las carreras que impulsan la creación del conocimiento, la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías, ideas y procesos deja un hueco, un vacío en las empresas que no puede llenarse más que con importación de tecnologías de otros países, o con franquicias, o con copias mal hechas de lo que hacen otros países.
Si tuviésemos la CAPACITACIÓN adecuada dentro de las empresas podríamos subsanar de alguna forma esta carencia de nuestro sistema educativo. Desgraciadamente, sabemos que la capacitación que reciben los trabajadores (si es que la reciben), deja mucho que desear y casi nunca cumple su cometido: después de estudiar su curso de capacitación, el empleado regresa a la empresa y No aplica lo aprendido porque ya se le olvidó, o porque no era exactamente el tipo de curso requerido. Ante la crisis económica, el primer recorte de presupuesto suele ser en el área de capacitación.
Es preferible empezar por la educación básica, tanto en casa como en la escuela.
¿Cómo lograr que nuestros niños se interesen por aquellas áreas del conocimiento que generan más conocimiento? ¿Cómo enseñarles algo que no tenemos? Probablemente se trata de un asunto que compete tanto al núcleo familiar como a la Educación Básica. Tenemos que encontrar aquellos patrones de educación que invitan a los niños a hacerse preguntas, a cuestionar lo que les rodea, a interesarse por el cómo y el por qué; requerimos de disciplinas que enseñen a nuestros niños a PONER ATENCIÓN, a retener ideas, a sintetizar y conceptualizar. Difícil tarea para los padres que no fueron educados bajo ese mismo esquema pues lo que no conocemos no lo podemos transmitir; pero no tan difícil para las escuelas de Educacion Básica. Estas son las responsables de aportar las herramientas para generar inquietud por el desarrollo científico y la innovación y, para que eso ocurra, tenemos que modificar nuestro sistema educativo en todos los niveles.
La reforma educativa debe pensarse para los próximos 50 años y no para el próximo sexenio. Por ejemplo, para que una campaña de salud a nivel nacional tenga éxito y empiecen a verse los resultados se necesitan, al menos, 10 años de publicidad permanente y constante a través de los medios masivos de comunicación. De la misma manera, un proyecto de reforma educativa que: cambie la forma de acercarse al conocimiento y a la creación; reactive la actitud de querer aprender más y ser mejor cada día; modifique la relación entre maestro y alumno para que, en vez de memorizar, genere interés y motivación por el conocimiento, requiere de, al menos 20 años de intenso reforzamiento y aprendizaje de las nuevas técnicas educativas. Sólo así podremos recibir en la educación media superior a jóvenes entusiastas, motivados y listos para aportar conocimientos nuevos a su sociedad y país.
La educación es sólo uno de los factores que requiere atención urgente pero, debido a su naturaleza, debe considerarse prioritario porque, de no empezar cuanto antes, no tendremos en el futuro cercano generaciones de profesionistas que realmente saquen adelante a este país que se está cayendo a pedacitos.
Tenemos que empezar por sanear el sindicalismo en la educación, por revisar y transformar los programas educativos de escuelas públicas y privadas, y de crear una verdadera vinculación entre la escuela y la empresa para que nuestros estudiantes encuentren empleo adecuado a su nivel y tipo de estudios.
Es hora de invertir en nuestros niños … porque la educación, así como la capacitación es UNA INVERSIÓN y no un gasto y será la única salida de la mediocridad en la que tenemos hundido a nuestro país.
Tus comentarios, sugerencias e inquietudes son bienvenidas: marthanieto777@yahoo.com.mx
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LA CAPACITACIÓN TIPO "DISCO RAYADO"

LA CAPACITACIÓN TIPO “ DISCO RAYADO “…
POR : Mtra. MARTHA NIETO CATER
¿Cuántas veces has tenido que repetir una instrucción, un mandato, una explicación de cómo hacer alguna actividad o tarea, a alguno de tus empleados o subordinados o colegas o, incluso, a tus hijos?
Me pregunto si en la repetición está el aprendizaje. Me pregunto si es normal que capacitemos mediante la repetición constante, casi diaria, de cómo deben hacerse los procesos, la chamba en general. Más bien me parece un problema de atención, de retención del conocimiento y de llevar a la práctica un concepto recién aprendido.
Si esto último es cierto, entonces sí que estamos en problemas. Porque enseñar a leer, entender lo leído, contestar a las preguntas sobre lo leído y, en un proceso intelectual muchísimo más avanzado: llegar a conclusiones personales sobre ello, es toda una odisea, una labor de dimensiones gigantes.
En otra vertiente tenemos el problema de cómo enseñarle a alguien a escuchar y, a partir de ello, tomar acción efectiva. Si el proceso de lectura, comprensión de la lectura y consecuente análisis es difícil de enseñar, el proceso de escuchar, entender lo escuchado, contestar utilizando el lenguaje adecuado, es titánico.
¿a qué hora dejamos de aprender estas dos herramientas tan básicas pero tan necesarias para tener personal efectivo, empresas de primer mundo?
Existen muchas teorías al respecto: algunos científicos afirman que se trata de un problema genético, otros afirman que se trata de un problema de alimentación. Lo cierto es que sea genético, nutricional o cultural, tenemos que encontrar otro sistema educativo que capacite al individuo para aquella plaza o trabajo que está pensando realizar. De otra manera, la frustración es doble, en ambos sentidos y, ni el empleado ni el empresario podrán salir del círculo de frustración que genera una incompatibilidad de entendimientos.
La capacitación tipo “disco rayado” NO SIRVE y sí desgasta. Quizá tengamos que empezar a utilizar esta misma energía, tiempo y esfuerzo para diseñar una capacitación basada en conceptos básicos como leer, escribir, analizar y sintetizar información. Sin este fundamento será tiempo y dinero perdidos.
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