jueves, 4 de junio de 2009

¿WONDERWOMAN? No vale la pena...

POR: Mtra. Martha Nieto Cater

Los hombres suelen tener 3 roles o “cachuchas”: empresarios/empleados, esposos y padres de familia. Pero muchas mujeres tenemos 4 cachuchas: empresarias/empleadas, esposas, madres de familia y AMAS DE CASA. Este último rol sigue recayendo del todo sobre la mujer y, mientras no aprendamos a organizar, delegar y soltar, -como en cualquier negocio-, seguirá siendo así.

Muchas mujeres trabajan y aportan su sueldo; al llegar a casa se hacen cargo de los hijos, cocinan, limpian, lavan y planchan y, por la noche, atienden al marido que está llegando de trabajar. Antes de dormir, preparan el almuerzo de los hijos para el día siguiente, adelantan la comida, revisan asuntos de oficina y, por si fuera poco, llaman a la suegra para saludarla. ¿A poco no suena esto a una película de HORROR?

Es culpa de nosotras las mujeres el que las cosas sean así: si no enseñamos a nuestros hijos a participar de las labores domésticas, a responsabilizarse de sus propias tareas; si no enseñamos a nuestras parejas a respetar nuestro trabajo y nuestro tiempo; si no aprendemos a pedir ayuda, a mostrar el cansancio y a RENUNCIAR AL CONTROL de todo, seguiremos perpetuando este esquema de geisha moderna que a nadie beneficia.

Así que, como MADRE: decide cuándo y cuánto tiempo dedicarás a tus hijos. Pídeles a ellos que te den también tiempo de calidad, especialmente si son adolescentes. Esto incluye apagar los celulares, y realmente convivir de corazón. Aprovechar estos ratos para –al mismo tiempo- solucionar problemas de trabajo por teléfono, NO CUENTA.

Como AMA DE CASA: haz una lista de todas las actividades que se tienen que hacer en casa; distribúyelas entre tus hijos (según su edad y capacidad) y tu pareja. Delega y responsabiliza tareas simples: encargarse de su ropa, poner la mesa, sacar la basura, hacer la compra, preparar el agua de limón.

Como ESPOSA: elige junto con tu pareja las actividades a compartir; no se puede hacer todo cuando se tiene familia, casa y empresa.. Los reproches constantes suceden cuando no hay claridad en las actividades comunes y en los tiempos a compartir; el tiempo de pareja NO es tiempo de familia.

Como EMPRESARIA: dale el tiempo necesario al trabajo y aprende a cerrar la puerta de la oficina. Al llegar a casa quítate la cachucha de empresaria y desconéctate para poder estar presente con tu familia.

Y, por último, no olvides el tiempo más preciado de todos: aquel que debes dedicar a ti misma todos los días, para consentirte, cuidar de tu salud, embellecer y ejercitar cuerpo y alma. Necesitamos esos minutos de paz, de meditación, de descanso y arrullo. Aprende a pedir y a delegar, y a dejar ir la necesidad de tener todo bajo tu control. NO VALE LA PENA SER WONDERWOMAN.