jueves, 22 de julio de 2010

LOS PIRATAS DEL CARIBE

LOS PIRATAS DEL CARIBE


POR: Mtra. Martha Nieto Cater

Aún cuando no tenemos información precisa del tipo de turista que llega a los hoteles de nuestra Isla, sabemos por experiencia y observación que casi el 40% de quienes nos visitan actualmente son turistas repetitivos.

Estos turistas son leales a la Isla porque han podido conocer sus secretos, encantos y recovecos. El reto es conservarlos para que sigan viniendo y, además, nos recomienden con más y más personas.



El turista que me preocupa es el que viene por primera vez pues, en estos últimos dos años, no hemos podido ofrecerle gran cosa dentro de la Isla y vemos cómo, poco a poco, prefieren probar las actividades y entretenimientos fuera de aquí.

Debido a la falta de inversión en hotelería, en entretenimientos, en atractivos turísticos novedosos y competitivos, cada vez más y más turistas prefieren pasar el día fuera de Cozumel.

Los cruceristas, por ejemplo, empiezan a tomar más y más tours en el continente aún y a pesar del alto costo del tour, de la larga distancia que hay que recorrer, manejar, etc. Si leemos las opiniones de estos turistas en internet nos queda claro que si bien no van a repetir ni recomiendan un tour de este tipo, por lo pronto ya lo hicieron: llegaron a Cozumel pero, en vez de conocer la isla y sus encantos, prefirieron cruzar en un barco, manejar hasta Tulum o Xel-ha o Xcaret y regresar a tiempo para tomar su crucero de nuevo.

Más bien tendríamos que invitar a nuestros amigos inversionistas de Xcaret quienes, por cierto, ya unieron sus tres atractivos en un solo esfuerzo de mercadotecnia y promoción (Xel-há, Xcaret y Xplor), para que construyan en Cozumel un parque ecoturístico que, en mi opinión, podría llamarse Xotic, para que todos nuestros turistas se queden en Cozumel a disfrutarlo. Además, podríamos captar a los turistas que están en la Riviera Maya y traerlos a visitar nuestro parque, y no al revés.

Pero si nuestro destino es aburrido, carece de lugares de recreación novedosos y atractivos, de distintas opciones de transporte dificultando el acceso a esos lugares, entonces no podemos quejarnos y veremos como más y más clientes se van fuera a pasar el día.

Algunos de los turistas que llegan vía aérea también son pirateados dentro del propio aeropuerto para venderles la idea de pasar al menos un día o dos en la Riviera maya y convencerlos de comprar un tiempo compartido o una vacación anticipada. Tanto trabajo para traer a los turistas a la Isla para que acaben gastando su dinero en otro centro turístico. Otra vez, tendríamos que poder hacer exactamente lo mismo en Playa del Carmen, en Cancún, en Tulúm: nuestras empresas de tiempos compartidos y clubes vacacionales de Cozumel debieran estar convenciendo a los turistas que se encuentran en la Riviera maya para que vengan a conocer Cozumel y compren su tiempo compartido aquí. Recordemos que el turista de tiempo compartido es excelente para el desarrollo de la isla pues nos visita frecuentemente y suele gastar su dinero en los distintos comercios, restaurantes y servicios locales.

Los valientes turistas que estando en la Riviera maya se animan a pagar el boleto para venir a Cozumel enfrentan muchísimos obstáculos. Es admirable que, a pesar de todo lo que les dicen, les hacen y les cobran, insistan en cruzar a pasar el día.

Por un lado, la cantidad de comisionistas en Playa del Carmen, empeñados en vender lo que mejor les reditúa (léase los tours en la Riviera maya, por ejemplo) y la cantidad de vendedores de tiempos compartidos hacen hasta lo imposible por convencer al turista de No cruzar a Cozumel. Si a esto agregamos que cuando el turista va a comprar sus boletos, después de haber logrado sortear a todos los que intentaron convencerlo de no hacer el viaje, lo engañan en la taquilla vendiéndole un boleto redondo en un horario que no existe, sin proporcionarle mayor información sobre el horario disponible de las dos empresas que prestan el servicio.

Con este tipo de prácticas lo único que vamos a lograr es que el turista NO regrese. Ese porcentaje de turista repetitivo, leal y constante, irá disminuyendo hasta desaparecer por completo; todo gracias a nuestro empeño en complicarle la vida y dejarle una huella negativa que no olvidará jamás.

¿Qué estamos haciendo mal? O, más bien, ¿qué deberíamos estar haciendo para revertir esta tendencia del “pirateo” de turismo?

Probablemente la respuesta esté en hacer alianzas en vez de enemigos. Si al turista le llama la atención un parque de aventuras como Xplor, o unas ruinas famosas como las de Tulúm, o una exótica excursión a los cenotes, pues desarrollemos esos productos turísticos aquí mismo para atraer a los turistas. Necesitamos con urgencia este tipo de inversiones y desarrollos. San Gervasio requiere inversión y desarrollo. Es un sitio arqueológico que podría ser muy relevante si se le desarrollara adecuadamente y se posicionara como producto turístico de calidad.

También tenemos cenotes, muchos. Tenemos selva, tenemos aves que no existen en otras partes del mundo. Tenemos boas (aunque no podemos presumir de ello pues son de importación) y cocodrilos. Pero, lo más importante de todo, tenemos la oportunidad de convertirnos en un destino “verde”, ecológico. Podemos convertirnos en un ejemplo de turismo sustentable justamente por ser una isla. Y esto, aunque suene demasiado comercial y poco romántico, deja dinero y atrae turismo de alto nivel. Así es. Podemos trabajar por la isla, por nuestra gente, por nuestros ecosistemas y, al mismo tiempo, generar recursos económicos a través del turismo. Es un juego de ganar-ganar porque ese recurso se re-invierte y se generan así más y más soluciones en vez de problemas.

Pueden convivir perfectamente los desarrollos ecológicos con el turismo; es cuestión de aprender y de hacer equipo con las personas que lo saben hacer; y de convencer a los inversionistas que lo pueden desarrollar, y de comprometer a las autoridades y a la comunidad de la necesidad de pensar en soluciones de largo plazo.

El asunto es que si no empezamos a revertir esta tendencia negativa, esta caída en picada del turismo que recibimos en la isla llegaremos a un nivel del cual será más difícil levantarnos. Es difícil revertir una tendencia a la baja pues requiere de inyección de dinero en cantidades importantes; dinero que –por razones obvias-, no se tiene. Si a eso agregamos que estamos justo en la transición política por las próximas elecciones, la situación se complica aún más. Sabemos por experiencia que durante una transición política, sea entre el mismo o de distinto partido, se paralizan las inversiones en todos los niveles, se paraliza temporalmente el desarrollo y el consumo generando estancamiento ; los inversionistas suelen esperar a que se de el cambio de poder para sentirse seguros nuevamente en sus futuras y nuevas inversiones.

Estamos pues en una coyuntura muy seria; por un lado no hay dinero para desarrollar nuevos productos turísticos, para diagnosticar el verdadero problema y sus soluciones, para empezar a re-inventarnos pero, por otro, si no invertimos ahora después nos saldrá mucho más caro revertir la situación. A pesar de estar en pleno proceso electoral es indispensable que empecemos a trabajar, independientemente del partido político que contiende, de los que se quedan y de los que se van. Es indispensable olvidarse en este momento de quién debe llevarse el premio o el reconocimiento y empezar a trabajar; la estrellita en la frente no importa en este momento. Los protagonismos deben hacerse a un lado y , a pesar de las diferencias políticas, económicas, sociales que pudieran surgir en momentos electorales es hora de empezar a trabajar. No podemos esperar ocho o diez meses o un año para empezar a revertir la tendencia.

¿Por dónde empezar? Sería interesante vincular proyectos actuales que sí tienen futuro, que sí serán exitosos, con proyectos futuros que corresponderán a la siguiente administración. Sería importante pasar la estafeta tal cual como en una carrera de relevos y si todavía hay fondos que se puedan utilizar, recursos que puedan bajarse de las distintas instancias de gobierno federal y estatal de la actual administración, pues traerlos a Cozumel y dejar a la siguiente administración con un capital para trabajar en aquellos proyectos que ya tienen camino andado, que sí pueden ayudar a sacarnos del hoyo.

De otra manera, sabemos bien lo que va a pasar. El cambio de gobierno será borrón y cuenta nueva; perderemos el camino andado y se tendrá que empezar a picar piedra de nuevo. Esta vez no hay cambio de partido político y eso debiera ser un activo, una fortaleza, una continuidad. Esperemos que así lo vean nuestras autoridades y podamos solucionar la problemática de la Isla de Cozumel empezando hoy mismo.

Y en vez de luchar contra los piratas del Caribe, ¿por qué no aliarnos y compartir el botín?

comentarios bienvenidos: marthanieto777@yahoo.com.mx

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