viernes, 14 de diciembre de 2012

COZUMEL: HOTELES QUE FLOTAN… HOTELES QUE SE HUNDEN
POR: MTRA. MARTHA NIETO CATER
Es casi de ley que aquellas personas que visitan la Isla de Cozumel por primera vez quedan extasiados ante su belleza, calidez, tranquilidad y aparente armonía. Genuinamente sorprendidos se preguntan cómo es que un destino turístico que pareciera tan “perfecto” al someterse a un primer escaneo, no está rebozando de turistas ricos y bien vestidos.
Quienes conocieron el antiguo Cozumel y regresan a visitarlo años después sufren un auténtico shock al ver las transformaciones de forma, desde luego no de fondo, sufridas en la Isla durante los últimos 15 años. No es para menos: de la orientación de mercado que tenía la Isla hacia el turista de alto poder adquisitivo, deseoso de experiencias únicas y exclusivas, no masivas, llenas de originalidad y autenticidad, de historia y raíces culturales, el visitante que regresa se encuentra con un mercado totalmente distinto. Los comercios, bares, restaurantes, entretenimientos “se mueren” por la tarde dejando un pueblo fantasma, de agresivas puertas blancas que despierta únicamente cuando escucha el silbido del siguiente crucero entrante.
No es casual que la isla se haya convertido en un destino de cruceros. Cozumel se ha transformado paulatinamente en el monedero marítimo del Estado y de la propia API sin que, hasta el día de hoy, los cozumeleños sepamos a dónde se va todo el impuesto que pagan los cruceros cada vez que arriban a Cozumel, ni recibamos absolutamente ningún beneficio económico directo a la Ciudad.
La rotación de comercios, el cierre de negocios, la constante re-adecuación de locales para adaptarse a las necesidades del crucerista, la profliferación de comisionistas (incluidos los taxistas) que privilegian tan sólo a aquellos negocios que les dejan una sustancial ganancia, el deterioro galopante de las tiendas de artesanías y la proliferación de carretas y “puestitos”, vendiendo artesanía barata y, en ocasiones, de origen chinesco, es una muestra de la fragilidad en la cual queda un destino turístico cuando decide apostar todas sus inversiones y recursos en un solo nicho de mercado como el de cruceros.
En la siguiente gráfica podemos ver cómo se ha comportado la afluencia de turistas a la Isla. La afluencia de cruceros y cruceristas sigue siendo predominante alcanzando en el 2010 una cifra histórica de cerca de 3 millones de visitantes. Sin embargo, en los últimos años inicia la disminución de visitantes.
La afluencia de turistas que llegan por avión directamente a la isla sigue decreciendo aún y con la entrada de los nuevos vuelos nacionales de Interjet.


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La cantidad de huéspedes registrados en los hoteles nos muestra un estancamiento de este segmento durante los últimos 3 años.
El deterioro en la ocupación hotelera de Cozumel inicia hacia mediados de los años 90as. La ocupación hotelera en dicha década fue de las mejores que ha visto la Isla en su historia. Desgraciadamente, la estadística formal de la ocupación hotelera de los distintos destinos de Quintana Roo no se recopiló integralmente durante esos años y no contamos con números fidedignos excepto por nuestra propia experiencia.
El crecimiento vertiginoso de cruceros inició en la segunda mitad de los años 90as. Todavía en 1996 Cozumel seguía siendo el paraíso añorado por el turismo de alto poder adquisitivo. Las últimas inversiones importantes para construir nuevos cuartos de hotel se hicieron justamente a finales de esta década para hacer frente a la alta demanda; recordemos que las propias aerolíneas se quejaban de no contar con mayor disponibilidad de habitaciones en el destino.
Pero justamente alrededor de esas fechas Cozumel apostó por el negocio de cruceros dejando a un lado el turismo de pernocta. El resultado al día de hoy: Cozumel está en quiebra total a pesar de los cientos de cruceristas que circulan por las calles.
Perdimos el enfoque, el objetivo, justamente en los momentos gloriosos pues descuidamos la hotelería en aras de un ingreso más rápido, más fácil, aparentemente más lucrativo: el crucerista y la tripulación. Simultáneamente, el desarrollo vertiginoso de la Riviera Maya y el crecimiento exponencial de los hoteles todo incluido con amenidades de lujo y ofertas gastronómicas cada vez más atractivas se ganaron a pulso el primer lugar en la preferencia del viajero.
Veamos algunas cifras de nuestros vecinos:


Cancún y Riviera Maya han logrado sostener su ocupación hotelera en niveles decentes. Sin embargo, Cozumel se encuentra en un nivel de supervivencia.
Pero todo esto no ocurrió por casualidad ni por mala suerte.
A partir del 2006 y como producto del huracán Wilma se hicieron las últimas inversiones importantes en la hotelería de Cozumel. Salvo algunas inversiones aisladas como la del Hotel B, los capitales se orientaron más bien hacia la construcción y venta de condominios. Las cadenas hoteleras dejaron de invertir en sus filiales en Cozumel aguardando por tiempos mejores. Al día de hoy, las inversiones importantes de las cadenas hoteleras se están realizando en cualquier otro destino del Estado menos en Cozumel.
No sólo no crecimos en cuartos de hotel durante la última década sino que, además, abaratamos nuestros hoteles al entrar en una guerra de tarifas inútil (entre nosotros mismos y para con la Riviera Maya y Cancún).
El abaratamiento de nuestras instalaciones hoteleras y la ausencia total de inversiones importantes en los hoteles actuales y en nuevos desarrollos ha tenido consecuencias muy importantes:
De acuerdo con las principales agencias de internet que hoy por hoy dominan la venta de paquetes vacacionales en esta región (expedia.com, expedia.ca, orbitz, travelocity), la Isla de Cozumel NO CUENTA CON NINGÚN HOTEL DE 5 O DE 5.5 ESTRELLAS.
De acuerdo con las agencias antes citadas, los cuartos de hotel de Cozumel se clasifican así:












A partir de esta información podemos concluir que, en opinión de nuestros principales vendedores y clientes:

• COZUMEL SE HA CONVERTIDO EN UN DESTINO DE HOSTALES.
• CASI 90% DE NUESTROS HOTELES (3,009 CUARTOS) NO SUPERAN MÁS DE 3.5 ESTRELLAS
• TAN SOLO 5 HOTELES ESTÁN ENTRE 4 Y 4.5 ESTRELLAS
EL 68 % DE LOS CUARTOS DE HOTEL DE COZUMEL PERTENECEN A LA CATEGORÌA TODO INCLUIDO. SÓLO EL 32 % DE LOS CUARTOS PERTENECEN A TIPO EUROPEO.

Sabemos por experiencia que los hoteles todo incluido inhiben el desarrollo económico de otros negocios de la industria turística tales como restaurantes, bares, centros nocturnos, tiendas, etc cuando se construyen cerca de una ciudad establecida.
No sólo es un tema de baja ocupación. Sabemos que las tarifas hoteleras de Cozumel también han ido bajando año con año propiciando que existan cada vez menos recursos para dar mantenimiento a los hoteles, remodelar, capacitar al personal, mejorar la calidad de alimentos y bebidas y, en general, de todos los servicios. Simultáneamente, el costo de los productos, servicios, transporte y materias primas en la isla sigue aumentado.
Dicen por ahí que no podemos esperar resultados nuevos y distintos si seguimos haciendo lo mismo y de la misma manera. Para tener nuevos resultados hay que hacer nuevas cosas.
Los cruceros NO constituyen per se un problema mercadológico para el destino; es un mercado tan valioso como cualquier otro. Lo que sí constituye un problema es el haber dejado de invertir en la hotelería FIJA, aquélla que genera las utilidades de largo plazo, que no sólo crea los empleos sino que hoy por hoy ocupa a más de la mitad de la población económicamente activa. Es la hotelería fija la que genera el beneficio económico para casi el total de la comunidad; aquella que aporta las inversiones para mantener a la isla en condiciones ecológicas adecuadas y, en el futuro, hace sostenible la vocación turística. Es necesario buscar el equilibrio entre el mercado hotelero, el de cruceros, el de yates, el de condominios y tiempos compartidos para lograr una mejoría integral de la comunidad. Y, por último, es justamente la hotelería la que “produce” a los clientes repetitivos que tanto benefician al destino.
Para romper el círculo vicioso e iniciar el virtuoso es necesario, entre otras cosas, REINVENTAR LA HOTELERÍA DE COZUMEL atrayendo nuevos desarrollos turísticos que se apeguen a la vocación sustentable de la Isla.
Pero para ello es necesario también ROMPER los esquemas tradicionales de inversión. Es necesario convencer a los inversionistas de apostar su dinero a la hotelería de Cozumel mediante el otorgamiento de beneficios y privilegios especiales. Así como para vender más necesitamos promoción y ofertas, así también en este caso. Desde facilitación de trámites y procedimientos , hasta el ofrecer descuentos en cuotas, aportaciones gubernamentales, impuestos y todo aquello que sea susceptible de reducirse para que el inversionista decida traer sus capitales a nuestra Isla. Y lo mismo aplica para el inversionista local; es necesario atraerlo hacia desarrollos de largo plazo y allanar las múltiples trabas y obstáculos que se le ponen a los inversionistas que REALMENTE quieren el desarrollo de Cozumel.
Para atraer clientes de alto poder adquisitivo necesitamos crear la infraestructura que dicho nicho de mercado requiere mediante inversiones en: transporte individualizado y de alta calidad, cuartos de hotel de 5 y 5.5 estrellas, restaurantes y entretenimientos nocturnos, bares y tiendas, con horarios accesibles al turismo hotelero. Requerimos de una ciudad VIVA durante la noche.
La inversión y re-invención en el sector hotelero de la isla no es la solución única y total a nuestro problema de rezago y descomposición pero, desde luego, sería un punto de partida importantísimo para reactivar la economía de la isla.
La descomposición económica y social en la cual se encuentra la isla es producto de una miopía y falta de visión empresarial hacia el futuro. Es el resultado de seguir paralizando el desarrollo de Cozumel para que unos cuantos grupos de poder continúen monopolizando los sectores neurálgicos y estratégicos de la Isla. Los intereses personales por encima de los intereses ciudadanos. La diferencia ahora es que el impacto de la fragilidad de nuestra Isla ya está alcanzando a todos los sectores de la población.
Los problemas que nos aquejaban hace 20 años nos siguen aquejando el día de hoy. La diferencia es que el día de hoy ya no somos los únicos turisteros en el mapa; la diferencia es que allá afuera hay gente haciendo las cosas mejor que nosotros, a menor costo y permeados de racionalidad empresarial. ¿Dónde invertirías tu dinero hoy por hoy?
No es entendible ni racional que siendo Cozumel el proveedor de divisas en dólares por concepto de crucero MÁS IMPORTANTE de todo el país, se encuentre en bancarrota total.
No teníamos problemas de inseguridad y ahora nos sobran. No había violencia y ahora vemos gente corriendo machete en mano por la avenida principal un sábado por la noche (fui testigo). Los signos de la descomposición de una ciudad empiezan en el sector económico y extienden su desgarradora influencia para amenazar a la comunidad en los ámbitos que rodean a sus propias familias desestabilizando la salud social y comunitaria.
Ni siquiera después de un huracán habíamos presenciado el éxodo de tantos empresarios, amas de casa, familias enteras de nacionales y extranjeros; personas que intentaron con sus ahorros y su corazón subsistir en una comunidad que ya desde el inicio le cerraba sus puertas y les hacía imposible lograr el éxito.
No hay un síntoma más aterrador del grado de deterioro de un pueblo que el miedo. Y ahora, en Cozumel, tenemos miedo.

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